El espacio que habitas es reflejo de la forma en que habitas el mundo.  ​Mi forma de entender el interiorismo, de una manera práctica y estética, apuesta por unos espacios acogedores, respetuosos y sencillos donde prime la vida.

Los materiales han de ser orgánicos y/o biodegradables, de producción local o de mercados de segunda mano y antigüedades, así como objetos recuperados de la calle y restaurados.

Los espacios deben quedar libres y luminosos, que respiren y que puedan recorrerse y habitarse sin obstáculos. Que acompañen la vida cotidiana haciéndola más confortable y agradable, sin perder nunca de vista la practicidad del día a día.

Que tu hábitat cambie a menudo favorece la agudeza cognitiva. Esto puede lograrse a través de opciones que permitan variar la distribución eventualmente, y compartir el espacio con plantas, organismos vivos, que sean cada día diferentes.​

Viviendas particulares
Espacios efímeros y expositivos
Locales comerciales
Decoración artesana y orgánica